Me apunto a la MM de los Toruños con un doble motivo. Por un lado conocerla, ya que no había asistido aún a ninguna edición y, por otro, forzarme a realizar una tirada larga. Además, no supone ningún desplazamiento extra este fin de semana, al estar en Valdelagrana, por lo que todo son facilidades. Aprovecho también para conocer en persona a la mitad rubia de @BecomeFinisher, con quien compartí un rato al inicio de la prueba. Tras el maratón de Sevilla ya está de nuevo enfrentándose a nuevos retos, lástima que no me pegase algo de su energía para esta carrera.

Durante la semana había bajado la carga de entrenamiento con idea de llegar más descansado, aunque la carrera me la planteaba sin objetivos de tiempo. Únicamente buscaba hacer kms y dejarme llevar, pero quería hacer esta variación para ver cómo me sentaba. En las últimas carreras, la semana previa no había bajado mucho la carga, e incluso había hecho algún entrenamiento fuerte.

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De inicio salgo demasiado rápido, por lo que ralentizo la marcha. Noto que voy bastante acelerado en general, supongo que por los nervios. No quiero sufrir y con hacer toda la carrera corriendo me conformaba, algo que a priori no parecía complicado. A pesar de ir rápido, los primeros kms voy muy cómodo, con ritmos rondando los 5:45-5:50min/km, hasta que logro controlar para ir a ritmos más cercanos a los 6min/km.

El recorrido es llano, con un único desnivel en el puente que cruza sobre el río San Pedro, así que no me cuesta trabajo mantener el ritmo. Sin embargo, no tuve en cuenta que correr por tierra no es igual que correr por asfalto y, lo que es peor, correr por tablones irregulares tampoco ayuda.

La zona de tablones protege el camino en zonas que puede ser inundables con mareas altas. No presenta problemas el andar por ellos, pero a la hora de correr ya es otra cosa. Al finalizar la recta que lleva casi hasta Puerto Real empieza el primer tramo de tablones, de aproximadamente 1,5km. Son tablones de vias de tren, viejos y bastante irregulares lo que provoca que vaya pegando pequeños saltos, esquivando los tablones algo más altos y los posibles huecos.

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A la salida de los tablones ya me noto con las piernas cargadas, aunque aún voy bien.

Conozco bien esta zona, pero no quita para que se haga tediosa. Desde que empezó la carrera enfilamos una larga recta en la que el paisaje varía poco y hay tramos que recorremos de ida y vuelta. Hasta los 9km no enfilamos el puente del río y empieza a variar el paisaje.

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Seguimos por caminos de tierra, con algo más de vegetación, hasta que llegamos a la zona de la  universidad, donde nuevamente nos encontramos con zona de tablones. En esta ocasión mucho más regulares, lo que no quita que note algo de rebote en cada zancada, quitando efectividad a la misma, a costa del esfuerzo. A pesar de ir a ritmos muy cómodos, empiezo a notar cansancio en las piernas y, lo que es peor, empiezo a estar cansado de correr.

Aguanto como puedo pero acabo andando. Esta situación se repite varias veces, con continuos altibajos. Momentos en los que no me apetece correr alternan con subidones, en los que me pongo a correr y parece que ya no voy a parar hasta meta. La última recta, de unos 3km se hace eterna, con un sol que ya está en lo más alto y que incrementa un poco más el sufrimiento.

Sabiendo que tenía a mi chica y mis padres esperándome unos metros antes de meta hace que saque fuerzas y ganas para enfilar los últimos metros corriendo.

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El tiempo final fue de 2h11min, para una distancia de 20,6km, lo que hace una media de 6:23min/km, uno de mis peores tiempos en esta distancia.

Lo que fue impotencia ante el resultado, no tanto del tiempo como de las sensaciones, se ha convertido en reflexión. Echando la vista atrás, llevo desde el verano sin tomarme una semana de descanso. Alguna semana suelta donde solo he entrenado 1 día, pero como situación excepcional. La mayoría de semanas han sido 3 días de entrenamiento, algunas 4, y los dias posteriores a esta carrera me he encontrado bastante cansado.

No hay que olvidar que el descanso es parte del entrenamiento, así que me tomaré varios días de descanso, con idea de recuperarme, tanto de cuerpo como de mente, y volver con más fuerzas para el reto que se presenta el 12 de abril, donde me esperan 34km en la Ruta del Agua (Guillena).

Respecto a la carrera en sí, creo que es de destacar la buena organización de la misma. En todo momento nos vimos arropados por los voluntarios, de todas las edades, que siempre tenían una palabra de ánimo, especialmente de agradecer cuando iba más tocado. Los avituallamientos bastante completos, con agua en todos y también plátano e isotónica en los últimos. El avituallamiento en meta extraordinario, con agua sin límite (la isotónica ya se había acabado), así como mandarinas peladas y sandwiches de nocilla. Desde luego no salí con hambre de allí. Por último, la bolsa del corredor estaba formada por una camiseta técnica de manga larga, lo que agradezco ya que no tenía ninguna, y un un gymsack. El único pero que encuentro es que el avituallamiento se realizaba en vasos de agua, lo cual no es muy cómodo.

2 comentarios en «III Media Maratón Metropolitana Toruños-Algaida»

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