Si hay una prueba que cada año me gusta más es el Trail Solidario Hércules. Son 26km, la mayor parte de ellos por la playa.
En esta tercera edición mi objetivo era bajar la marca del año anterior de 3:22:19. No había realizado una preparación específica, más bien lo contrario, pocas tiradas largas y nunca de más de 15km, por lo que no me veía bien preparado físicamente, pero iba con muchas ganas y con la experiencia del año anterior.
Sabía que el tramo más duro era el de las dunas, en la parte física, y el tramo final de carril bici tras salir de la playa (unos 6km), en la psicológica, por lo que la estrategia estaba orientada a llegar con fuerzas a esos tramos.
Momentos previos
La carrera empieza a las 9:00 así que a las 7:00 ya estoy levantado. Tras un breve desayuno, no llevo bien el comer antes de una carrera, salgo hacia San Fernando. Llego con suficiente tiempo como para aparcar en un sitio cercano a la meta. En esta ocasión voy solo, por lo que no debo despistarme y olvidar algo que luego me haga volver al coche. Lo primero que hago es recoger el dorsal. Junto al dorsal me entregan la camiseta conmemorativa y firmo el documento de descargo de responsabilidad.
Con el dorsal en mi poder, vuelvo al coche para prepararme. Tengo todo pensado y la mochila con los geles y los 2 bidones pequeños con isotónica. Como la previsión es de fuerte viento, llevo en un bolsillo el «buff» que me entregaron en el Trail del Agua, por si es necesario cubrirme la cara. Llevo también la gorra sahariana, las gafas, el teléfono móvil y la cámara de acción. El dorsal tengo intención de llevarlo en el portadorsales de la mochila, pero con el viento que hay probablemente se rompa (olvidé la funda de plástico que suelo utilizar), así que prefiero ponérmelo con imperdibles en el pecho.
Uno de los puntos que más me preocupaba de la carrera era el tema del agua. A pesar de existir varios avituallamientos, quería ir bien provisto de agua y rellenar el camelback de la mochila siempre que pudiera. Este es un punto que tengo que mejorar de cara a próximas ediciones ya que me hizo perder mucho tiempo, aunque esto lo detallaré más adelante.
Con todo preparado, voy a la salida hasta que de comienzo la carrera. No es una carrera multitudinaria, a pesar de coincidir la salida de las 2 pruebas (ultra 50km y corta 26km), por lo que en la salida no somos muchos. Tras una pequeña charla técnica por parte de la organización, nos preparamos para el comienzo de la prueba, puntualmente, a las 9:00.

La Carrera
La estrategia era correr el máximo tiempo posible, lo que significaba ir a ritmos cómodos. El año pasado lo pasé bastante mal en el tramo de dunas y en la parte final de carril bici. Estos tramos los hice en su mayoría andando, lo que me hizo perder mucho tiempo. Si lograba mantener esta estrategia no me costaría trabajo acercarme a las 3h.
Los primeros kms discurren por los carriles de tierra de los esteros que rodean el caño del Carrascón. Es zona abierta y empezamos a notar el viento, unas veces a favor y otras en contra, lo que ya adelanta el panorama que tendremos en la playa.

En este tramo me saludan Kiko Blazquez (@harrier388), padre de @chrississipi, y Pascual Emilio (@Fozem). No nos conocíamos en persona, pero me reconocieron y compartimos un rato de carrera. Iban más rápido que yo así que no aguanté mucho a su lado.

Antes de llegar al acuartelamiento de Camposoto nos encontramos con la subida a la Ermita de los Mártires. Al igual que la edición anterior decido subirla andando. Hay que estar muy fuerte para hacer la subida corriendo, es corta pero con un desnivel muy fuerte.
El siguiente punto a destacar es el del acuartelamiento de Camposoto que cruzamos hasta uno de sus extremos y bordeamos buscando la salida que nos lleva a la playa. El sendero que bordea el cuartel es de tierra y logro ir a un ritmo constante, siguiendo a una chica con un ritmo similar al mío.
Salimos del cuartel y vamos por asfalto hasta llegar a la playa, a los 9km. Es aquí donde está situado el primer avituallamiento y los corredores que disputamos el Trail Hércules (26km) nos separamos de los del Trail 7 Playas (50km).

Relleno uno de los 2 bidones de 200ml y me quito la mochila para llenarla de agua. Al abrir el camelback me encuentro que practicamente está lleno. He estado bebiendo, pero no más de 300ml de los 1500ml de capacidad, por lo que el llenado es mínimo. Son un par de minutos que podía haberme ahorrado, siendo suficiente con llenar el bidón de 200ml vacio. Miro el tiempo que llevo y es practicamente el mismo que el año pasado.
Abandono el avituallamiento y me dirijo a la Punta del Boquerón por la playa, lo más cerca de la orilla y buscando zonas con arena lo más compacta posible. Esto no es tarea fácil en algunas ocasiones y es imposible evitar que los pies se hundan en la arena. Me voy guiando por los corredores que veo delante mía e intento seguir una ruta similar.

En la playa el viento se hace notar con toda su intensidad, sobre todo por ser un viento lateral en contra de la marcha. Afortunadamente, la arena no se levanta mucho y la humedad de la orilla hace que no pase de los tobillos.
Continuo corriendo hasta los 12km, donde hago una breve pausa para hacer una foto y mandarla por whatsup a mi familia. Desde el primer avituallamiento y hasta casi la meta fuí mandando alguna foto y whatsup a modo de seguimiento, lo que también me hizo perder algunos minutos. La foto se hace rápidamente, pero el escribir en el móvil corriendo es bastante complicado.
En una de esas pausas aprovecho para sacar el primer gel (Infisport ND3) y tomármelo a la salud de los amigos de Bikest. Son los que siempre me aconsejan acerca de complementación nutritiva para las carreras. No puedo evitar hacerme una foto con uno de los bunker que hay en esta parte de la playa.

Han pasado ya 14km y queda poco para el próximo avituallamiento, situado en la Punta del Boquerón. La arena es cada vez menos compacta y es inevitable que los pies se hundan en la arena. Respecto a la edición del año pasado el avituallamiento estaba algo más lejos, probablemente para estar más resguardado del viento. El avituallamiento es también el primer punto de control. Además de marcar el dorsal, proporcionan una goma elástica de color amarillo para colocar en la muñeca. A pesar de tener muñecas pequeñas, la goma apretaba lo suficiente como para incomodar.

De nuevo saco el camelback para llenarlo y me encuentro con lo mismo que el avituallamiento anterior. Practicamente no hace falta llenarlo. Los 200ml del bidón pequeño y unos 200-300ml del camelback han sido suficientes. Aprovecho para beber algo y de nuevo en ruta. De nuevo he perdido un par de minutos en intentar llenar el camelback.

Ya solo queda bordear completamente la Punta del Boquerón y entrar en la zona de dunas.
No hay señalización y hay un momento en que dudo si me he pasado el desvio al interior. Intento recordar dónde estaba el año pasado, pero no lo tengo claro. De todas formas me extrañaría que no hubiera ninguna indicación, así que continúo. Finalmente veo a 2 personas de protección civil que me indican el camino a seguir.
Aprovecho el segundo bidón de 200ml con isotónica, reservado para esta zona, logrando una hidratación más completa. Esta zona está más protegida del viento y el calor se nota bastante más que en el resto del recorrido.
He llegado bastante entero a esta zona de dunas. Aunque llevaba tiempo pensando en esta carrera, no había mirado ningún tipo de polainas para evitar que la arena entrara en las zapatillas. Esto significa que la arena va a entrar en las zapatillas, con unas consecuencias indeterminadas.
A pesar de este panorama decido arriesgarme y hacer todo lo que pueda corriendo. No se cuanto duraré, ya que el trabajo de piernas es mucho mayor, pero me siento con fuerzas para intentarlo. El resultado es muy positivo y tengo la sensación de recuperar bastante tiempo respecto del año pasado. Casi al final, antes de volver a la playa, tengo que parar y agacharme para quitarme las zapatillas. Noto como la arena se acumula en la parte delantera y me aprisiona los dedos.
Son más de 18km y me veo bastante bien, así que me levanto con ganas de seguir y esto provoca un sobreextensión de la planta del pie izquierdo. Es más que una molestia, pero el dolor no es lo suficientemente intenso como para hacerme parar.
Vuelvo a la playa y ya empiezo a restar los kms que me quedan. El viento es más fuerte que en la ida, pero en esta ocasión es a favor. A diferencia del año pasado, el viento hacía que la playa estuviera practicamente vacía. Son pocos kms los que me quedan para el avituallamiento y el viento hace que se sufra menos el calor. En el último avituallamiento decido no rellenar el camelback e invertir ese tiempo en tomar agua y algo de fruta. Me cuesta salir del avituallamiento sabiendo el «infierno» que queda. Antes de salir de la playa, paso por una de las duchas y me refresco bien.

El avituallamiento estaba situado en los 20km y los 6km restantes son un auténtico suplicio. La salida de la playa enlaza con la Calle del Buen Pastor y a continuación con la Avenida del Estero. Este tramo es el menos atractivo de toda la carrera lo que unido al hecho que sea por asfalto hace más tedioso el paso de los kms.

Sólo me he tomado un gel y me encuentro bastante bien. Tenía 2 posibles opciones, el Infisport ND3 con cafeina o el Victory Endurance Energy UP Cafeina. Aguanto hasta los 23km y me decido por el Energy Up que es más líquido y de acción más rápida. Logra una pequeña recuperación cuando parece que ya no puedes más y eso hace que me anime.
La Avenida del Estero se hace eterna, pero la hago más rápido que el año pasado. Esto es síntoma de que llego en mejor estado físico.
Hasta ahora practicamente no había mirado el tiempo que llevaba, por lo que no tenía idea del rango de tiempo en el que me encontraba. A falta de 2km miro el reloj y veo que el tiempo va a ser similar al de la edición anterior, algo que no me cuadra con las sensaciones durante toda la carrera. No pienso más en ello, ya tendré tiempo de analizar la carrera posteriormente, y me centro en acabar la carrera.
Estos últimos kms se hacen largos pero saber lo cerca que está la meta hace que mantenga una sonrisa en mi cara. Aprovecho para mandar el último whatsup para comunicar que estoy llegando a la meta y empiezo a disfrutar del momento.

El tiempo final es solo unos 20sg mejor que el del Trail Hércules 2014.

Análisis
El análisis posterior de la carrera me permite encontrar explicación al tiempo obtenido. Las sensaciones fueron de llegar mucho más fuerte que el año pasado. Tramos como el de dunas que se me hizo eterno en 2014, este año casi se hizo corto, lo que se tenía que haber traducido en varios minutos de mejora sólo en este tramo. Cuando comparo los tiempos en el avituallamiento empiezan a cuadrarme las cosas.

Los avituallamientos coinciden aproximadamente con los 9,5km, 15km y 20,5km. Estos son algunos de los kms más lentos. Los 13km-14km son también los kms donde me paré a tomar el gel, fotos y whatsup. Los 19km coinciden también con la parada para quitarme la arena de las zapatillas. Estos fueron los puntos donde creo que perdí más tiempo del necesario ya que en el resto, en general, conseguí mejorar respecto al año pasado. Con unos avituallamientos más breves, creo que no necesito reponer el agua del camelback en ninguno, y dedicando menos tiempo a las fotos/whatsup creo que podía haber estado en unos 5-10min menos. Otro punto fue que, respecto al año pasado, hice unos 200m más, aunque no es mucho, esto significa que hice una media de 7:42min/km respecto a los 7:46min/km de la edición anterior.
A pesar de no haber conseguido el objetivo inicial, me llevo buen sabor de boca y varias cosas a mejorar de cara al año que viene. Pero quiero destacar que las sensaciones de esta edición si que fueron mucho mejores. Disfruté durante toda la carrera y el momento más bajo coincide con la parte final, más por lo tedioso del recorrido que por el cansancio.
A continuación os dejo el video resumen de la carrera y la Suunto Movie correspondiente.
Conclusiones y agradecimientos
A pesar de llevar sólo 3 ediciones, esta carrera se está convirtiendo en un clásico en mi calendario. La organización está pendiente en todo momento de los corredores, ayudando en los avituallamientos en lo necesario y ofreciéndo agua y fruta, así como unos ánimos que no tienen precio.
Respecto a la bolsa del corredor que se entrega junto al dorsal, únicamente una camiseta de finisher conmemorativa de la prueba que me ha gustado bastante. Este año con manga, mejor que la sin mangas del año pasado, aunque esto es una apreciación personal. Eso sí, al llegar, refresco/cerveza y bocadillo para reponer fuerzas junto con una medalla de finisher. Quizás hubiera puesto referencia en la medalla al año o edición de la prueba, pero aún así me encantó.

Especialmente interesante me parece la charla técnica previa a la carrera. Además de recordar la obligatoriedad de llevar un recipiente con una capacidad para 500ml de agua, se nos indicó el recorrido a seguir y los puntos de especial atención. Me quedo con las palabras finales donde se nos pedía que no fuésemos más allá de nuestros límites, siempre hay alguien que nos espera y no hay necesidad de dar un disgusto por algo que debe ser un divertimento. Añadiría a las palabras que dijo la organización que «quien resiste vence» (lema de la prueba) no significa ser atendido por las asistencias médicas por sobrepasar los límites de nuestro cuerpo, es volver a correr en la próxima edición. Yo he resisitido y he vencido para volver el año que viene.
De agradecer también las fotos realizadas a lo largo de todo el recorrido por parte de «Ermanue», Nela Rodriguez y Esteban Choquet, que han dejado de forma desinteresada una completa galería de fotos de la Trail Hércules a la que podéis acceder desde los enlaces publicados aquí.