Además de la afición por correr tengo otra pasión, algo que tengo abandonado, que es la fotografía. Siempre prefiero participar más que estar de observador, aunque cuando lo hago suelo ir acompañado de mi cámara. Es una estupenda ocasión para practicar y hacer un pequeño  regalo en forma de foto a los amigos, conocidos y desconocidos de las carreras. Para mi es una forma de devolver el favor a todos los fotógrafos que desinteresadamente me han hecho alguna foto en alguna carrera.

Los Pretorianos de Tomares hicieron un llamamiento a algunos de los fotógrafos a los que he hecho referencia y me incluyeron. El año pasado ya había recibido ese ofrecimiento pero, por compromisos previos, me fue imposible asistir. Esta vez no iba a dejar la ocasión, intentando no defraudarles.

Por la cercanía del recorrido, decido desplazarme por los distintos puntos en los que iba a hacer fotografías en bicicleta. De esta forma aprovecho para hacer ejercicio.

La carrera da comienzo a las 7:30 del sábado. La presa romana es un sitio donde pueden salir buenas fotos por lo que antes de las 8:00 ya estoy por allí. Aún es de noche a esa hora por lo que el uso del flash se hace muy conveniente.

Cuando llego allí ya está el personal de Protección Civil preparando su situación. Nunca había estado en un lugar «conflictivo» en una carrera de este tipo en el momento en que se decide el plan de actuación. Recorren toda la presa buscando los puntos de entrada y salida para los corredores y verificando cuales pueden ser los puntos más seguros, así como los problematicos a evitar. Evidentememte es su rutina habitual en estos casos y una muestra más que no se deja nada al azar o la improvisación. Ya andan por allí también las primeras unidades de los Pretorianos, que acuerdan con ellos los puntos de colocación e indicación a los corredores.

Paso de los primeros corredores por la presa romana
Paso de los primeros corredores por la presa romana

Hacia las 8:10 empiezan a llegar corredores. Los primeros muy fuerte, son casi 70km y no tengo la certeza que sean capaces de aguantar a este ritmo. Algunos lo lograron y otros no tanto. Los corredores van llegando poco a poco al principio, aunque aumentando su frecuencia con el paso del tiempo. Hay un momento en que ya es una auténtica serpiente multicolor pasando por la presa. Allí estoy hasta poco más de las 8:30, cuando pasa el último corredor y ya ha amanecido. Entre tanto muchas fotos y un flash que me deja tirado en mitad de la tanda de fotografías. No estoy acostumbrado a hacer fotos con flash externo y no tengo claro cual será el resultado.

Pelotón pasando por la presa romana
Pelotón pasando por la presa romana

Desde la presa me dirijo, acompañado de Javier y Thierry como si fueramos los 3 mosqueteros (según Thierry), hacia el avituallamiento AV2, situado cerca del aeródromo. Vamos en bicicleta, recorriendo en sentido inverso parte del recorrido que llevará a los corredores a la meta. Cuando llegamos al AV2 ya han pasado algunos corredores de la cabeza de carrera, pero aún falta por llegar el grueso del pelotón. Allí nos quedamos hasta que pasa el último participante. Vamos animando a los amigos y desconocidos que van pasando, al mismo tiempo que les hacemos fotos intentando así que se lleven un recuerdo de ese momento de la carrera.

Corredores en el AV2
Corredores en el AV2

Ya han recorrido 20km y no todo el mundo tiene ya la misma sonrisa que en la presa. No se si es por los 20km que ya han recorrido o por los casi 50km que les queda por recorrer. Casi todos aprovechan para recargar líquidos y comer algo, en definitiva tomarse un pequeño respiro.

El siguiente punto al que nos desplazamos es el AV4, situado en el camping Dehesa Nueva. Este punto es el control de paso que determina si un corredor está dentro de tiempo. Tienen hasta las 14:30 para salir de allí. El avituallamiento es todo un banquete con gran variedad de comida y bebida. Desde luego el problema de los corredores no va a ser este.

Llegada de corredores al AV4
Llegada de corredores al AV4

Existe también un servicio de fisioterapia, donde llegan a formarse pequeñas colas. Las piernas llevan ya más de 40km encima y, en algunos casos más que en otros, necesitan descargarse.

Haciendo fotos en el AV4 (foto de Gonzalo Nieto Lama)
Haciendo fotos en el AV4 (foto de Gonzalo Nieto Lama)

Aquí el respiro que se toman algunos es más que ligero, algo comprensible. El paso de los corredores por este punto es mucho más espaciado y presenciamos también algunas retiradas motivadas por lesión.

Llegando a la Meta (foto de Silvia Haro Galán)
Llegando a la Meta (foto de Silvia Haro Galán)

Desde este avituallamiento nos dirigimos a la meta, parando un instante en el AV5 para despedirnos. Son unos 20km lo que nos separan de la meta, compartiendo el recorrido con la propia carrera. A lo largo de este camino de vuelta a la meta vamos adelantando corredores. Unos van corriendo, otros trotando y la mayoría andando. A todos les dedicamos unas palabras de ánimo cuando nos cruzamos con ellos y evitamos darles detalles de distancias restantes cuando nos preguntan. No tenemos claro la distancia restante y no queremos minar el ánimo de los mismos, así que respondemos a todos «Ya queda menos, ya está lo más gordo hecho, ánimo».

En la meta nos encontramos con toda una fiesta. La verdad es que hacer casi 70km y encontrarte con ese ambiente debe producir un autentico «subidón» de energía. La caras cambiaban tal como se entraba en el polideportivo de Tomares. El cansancio y desesperación se daban paso a grandes sonrisas y lloros de emoción. Tengo que reconocer que tenía envidia al ver la felicidad que producía la entrada en meta.

Sonrisa en la recogida del trofeo de finisher
Sonrisa en la recogida del trofeo de finisher

En todos los avituallamientos en los que estuvimos, así como la llegada a meta, la sensación que tuve en todo momento es de cercanía con los corredores. Todos los Pretorianos estaban atentos en todo momento del corredor que llegaba al mismo, dándole ánimos y ofreciéndole cualquier cosa que necesitase. La llegada a meta era más de lo mismo, pero con la emoción de la vuelta de honor a la pista de atletismo donde el speaker Havié daba el recibimiento. Es difícil expresar qué se veía en las caras de los que cruzaban el arco de meta y recibían el trofeo y diploma de «finisher».

A día de hoy no estoy preparado ni mucho menos a realizar una carrera de este tipo. Sin embargo si que tengo una cosa clara. El día que quiera estrenarme en una ultra, no creo que hay mejor carrera que ésta. La sensación que tuve a lo largo de todo el recorrido es la de los Pretorianos tratando a todos los corredores, desde el primero al último como si fueran miembros de su familia, desviviéndose en cada instante.

Respecto al recorrido, a excepción de los tramos que van del polideportivo al puente del río Pudio, es muy atractivo. Se pasa por zona de olivos y pinares, por caminos de tierra y caminos con arena. En definitiva, un gran paseo de 70km que permite respirar aire puro y experimentar los aromas que libera la vegetación existente.

Espero que mi humilde contribución, en forma de fotos y de esta crónica «desde la barrera» anime a otros corredores a vivir la experiencia indescriptible que tiene que ser participar en la Ultra Maratón La Pretoriana. Le deseo larga vida a esta carrera y espero que en un futuro, creo que aún lejano, me vea participar en ella.

Aquí os dejo los enlaces a las galerias de flickr de la presa romana, el AV2, AV4 y meta en el Polideportivo de Tomares. También tenéis aquí la galería que he publicado en Facebook, con una selección de las fotos de los amigos, conocidos y amigos de mis amigos.

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II UMLP – Selección

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